jueves, 23 de abril de 2009

El traje nuevo del emperador y Pulgarcita


En un tiempo muy remoto había un emperador al que solo le importaban los trajes. Su vida era feliz. Pero un día llego Pulgarcita, que le hizo la vida imposible. Le propuso que le haría el vestido más bonito que hubiera visto, pero a cambio de que convenciera a la madrastra de Blancanieves para que con sus poderes la hiciera más grande. Dijo el emperador: Trato hecho. Pero como Pulgarcita era tan pequeña sólo conseguía hacer trajes pequeños. El emperador avisó a todo el pueblo para que le viesen con su nuevo traje.


Lo que hizo Pulgarcita fue coger un traje de el y coserle trocitos de telas preciosas.

Llego el día de estrenar el traje, al emperador le gustó tanto que se lo puso y como era un hombre con sobrepeso partió los trocitos de tela, se quedo desnudo. Lo que se le ocurrió a Pulgarcita fue decirle: Toma, este es un traje, que solo lo ven los listos.

El emperador dijo: Entonces yo no soy listo. Y se puso el traje. Al salir todos se reían y el emperador no sabía por qué. Un niño que estaba al lado dijo riéndose: ¡Pero si esta desnudo!

Y viene el padre diciendo: ¡Los niños siempre dicen la verdad!

Avergonzado el emperador dijo chillando ¡Pulgarcita! y se fue a casa mientras se reía todo el pueblo. Llegó a casa y le dijo a Pulgarcita: - Esta es la ultima oportunidad que tienes si quieres ser grande no pequeña y minúscula como eres.

Pulgarcita se sentía tan ofendida que se puso a llorar, y de una lágrima que cayó en el collar que un día se había encontrado, apareció una vocecilla que decía – Pulgarcita, no llores, tienes que esforzarte y hacer otro traje para que se cumpla tu deseo.

Entoces le hizo el traje para que se le cumpliera el deseo de ser más grande.

Se puso el traje el emperador y estaba muy contento. Entonces llegó la hora para cumplir su deseo y le dijo: No te lo voy a conceder.

Entonces apareció la madrastra de Blanca nieves y le concedió dos deseos a Pulgarcita: La hizo grande como una persona normal y la hizo emperatriz. En cuanto el emperador lo convirtió en un traje, ya que les gustaban tanto.

Y todo el pueblo la admiraba por su belleza y por su bondad.


0 comentarios: