viernes, 17 de abril de 2009

El lobo devorado



Érase una vez, una cabrita madre que tenía nueve cabritillos, ellos vivían en los Alpes con Heidi.

Esta familia de cabritillos vivía en una casa muy pequeñita, pero muy bonita y apañada, y allí estaban todos muy felices.

De vez en cuando, los lobos se solían acercar a su casa y las de alrededor, así que tenían alarmas en sus casas para protegerse de los malvados lobos.

La mama cabrita, una vez a la semana, se iba a comprar, y siempre les decía lo mismo: No le vayáis a abrir la puerta a nadie que no sea mama, para ello le tenéis que pedir que os enseñen la patita.

Los cabritillos le dijeron que ya se lo sabían de memoria y le repitieron la frasecita sin ningún error, como si fuera una grabadora Sony, y la mamá cabrita dijo:

-Bueno, vale, pero tened cuidado, ¡eh!

Los cabritillos gritaron:

- Sí, sí, mamá, ve a comprar, que tenemos hambre, venga ya, mamá.

La madre se fue a comprar y entonces lo vio un lobo y pensó:

-Hay comida fácil.

Fue el lobo corriendo y exclamó:


-¡Abridme la puerta, soy mamá!

Los cabritillos le respondieron:

-Danos una prueba, para saber si eres nuestra mamá y te dejaremos entrar.

Entonces el lobo, que era muy inteligente, cogió y metió la pata en un montón de harina que había por allí tirada y les enseñó la pata blanquita, pero los cabritillos, que eran muy astutos y sabían más que el lobo, no conocieron la pata de su mamá. se dieron cuentade que esa patita no era la suya, así abrieron la puerta al lobo y cuando entró se encontró con que le pusieron un collar que se activaba con la alarma y le cortaron la cabeza. Cuando la madre llegó y lo vio les dijo:¡Bien hecho!

-Hoy hay lobo para cenar.

Los lobos les cogieron miedo a estos cabritillos y ninguno se acercó más a ellos y pudieron vivir felices y comieron lobo con patatas y zanahorias.


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